EL AMOR DEBE TENER LIBERTAD
Las relaciones amorosas deben tener como base la libertad individual de cada uno. Personas libres tienen potencialidades mayores para experimentar relaciones más conscientes, gratificantes y duraderas. Cuando las personas entienden que relacionarse amorosamente con alguien no significa cerrarse para el mundo, transforman su manera de amar y de vivir.
Saber respetar, entender y aceptar el espacio individual del otro(a) es de vital importancia en cualquier relación. Las relaciones muy cerradas, donde no existe espacio para que cada persona pueda realizar sus proyectos, sus sueños y deseos personales, la falta de individualidad, acaban trayendo mucha frustración para ambos.
En una relación responsable se subentiende que el compañero(a) es una persona libre, que tiene derechos y voluntades propias. Es importante que la persona se sienta aceptada y amada para que consiga expresar sus sentimientos y deseos. Libertad y amor deben andar siempre juntos, pues se nutren mutuamente. Cuando alguien da amor, pero no ofrece libertad, hace que ese amor, finalmente, vaya perdiendo la capacidad de palpitar.
Sentimientos de apego e inseguridad, limitan la capacidad de amar, haciendo que la pareja se vuelva esclavo de sus propios miedos. La persona que no tiene espacio suficiente para realizar las cosas que le gustan, además no ofrece al compañero(a), oportunidades para crecer y ser libre.
El resultado de una relación como ésta, es una gran decepción que se acumula durante los años de convivencia. Ejemplos no faltan. Existen casos de mujeres que tuvieron que abandonar sus carreras profesionales en pro de sus matrimonios, simplemente por miedo de ser rechazadas por el marido. También hay hombres que dejaron sus amigos o hobbies porque sus esposas no aceptaban tal conducta. El resultado son hombres y mujeres dejando de ser ellos mismos para agradar al otro.
Esas parejas se limitan, cortan y aniquilan sus propias identidades.
Individuos que viven relaciones basadas en apego y dependencia, no consiguen traspasar las fronteras del miedo, de la carencia afectiva y de la sumisión. Es necesario coraje y mucho amor para estimular al otro en la realización de sus sueños, lo que originará relaciones duraderas y placenteras para ambos.
publicado por:
Lucy Rosario
