viernes, 17 de julio de 2009

¿Qué hay de verdad en El Código da Vinci?





¿Qué hay de verdad en El Código da Vinci?
Written by Raquel Crisóstomo


¿Cuál es la verdadera historia que se esconde tras los enigmas planteados en el Código da Vinci? ¿Qué afirmaciones del libro son históricas?



María Magdalena, ¿la mujer de Jesucristo?
María Magdalena, pecadora, prostituta: esta es la imagen que la historia ha formado de ella. ¿Pero y si la imagen estuviera equivocada? ¿Y si las lágrimas al pie de la cruz son las de una esposa que llora por el padre de su hija aún no nacida? Esta es la nueva y radical visión que el Código Da Vinci sugiere de los orígenes del cristianismo.

Lo cierto es que a principio del siglo I a.C. lo que estaba bien visto era que un padre judío buscara una esposa adecuada para su hijo antes de que cumpliera los 20. Por lo tanto, el hecho de que Cristo tuviera familia no habría desautorizado automáticamente su mensaje por ello.

Por otra parte, la imagen a la que se la asocia más comúnmente a María Magdalena es la de prostituta arrepentida: se trata de una antigua equivocación. No existen escrituras que demuestren que María Magdalena lo fuera y esta identificación sólo puede inferirse del evangelio de Lucas, en el cual se dice que había una mujer en la ciudad que había pecado. No se dan nombres, pero la tradición occidental la ha identificado con María Magdalena.

Fue el Papa Gregorio el Grande quien sí la trató de prostituta en el siglo VI, aunque no lo hizo para erradicar la versión feminista del cristianismo, sino para demostrar a los fieles que pese a sus pecados, Dios les quería tanto como para ayudarles igualmente a encontrar la Gracia.

La idea del Código da Vinci de que la Iglesia quería aplastar la imagen de una pareja formada por Cristo y María Magdalena, recibe el apoyo de la teoría del mito egipcio: según ésta la Iglesia habría estado ansiosa de eliminar los elementos que relacionaban al cristianismo con los rituales paganos.


En la mitología egipcia, Osiris es el dios que muere y resucita y su consorte es Isis. Cristo y María Magdalena pudieron ser a ojos de las primeras comunidades la reencarnación de éstos. Pero lo cierto es que en la tradición cristiana no hay elementos que conecten a María Magdalena con la figura de la diosa en ningún momento. Además fue santificada, algo que la Iglesia no hubiera permitido si realmente hubiera querido envilecer su imagen: en 1969, dejaría de ser etiquetada como prostituta por la Iglesia.

Sarah: el inicio de la dinastía
El Código Da Vinci afirma que María Magdalena estaba embarazada de Jesús y que tuvo que escapar para salvarse a sí misma y a su bebé. Una leyenda francesa de alrededor del 900 d.C. dice que viajó a Egipto y dió a luz a Sarah (significa princesa en hebreo).

Cuando ésta contaba con unos 12 años, María Magdalena emprendió junto a su hija, José de Arimatea y otros un viaje por el Mediterráneo hasta las costas del sur de Francia. Según la leyenda, María Magdalena y sus acompañantes aparecerían tiempo después en un bote sin remos en el sur de Francia trayendo con ella a Sarah, la sangre real de Cristo.

El Código da Vinci afirma que los descendientes de Sarah se casaron y fundaron una dinastía de reyes: los merovíngios (s.V-VII), quienes gobernaron el sur de Francia durante unos 300 años.

Pero la realidad es que no existe prueba alguna de una línea de sucesión directa desde Jesús a la actualidad.

Los templarios: ¿guardianes de un secreto ancestral?
En el mundo ficticio del Código Da Vinci, se ha involucrado a una sociedad secreta conocida como el Priorato de Sión, fundada supuestamente por un descendiente de los merovíngios.

En realidad, el verdadero priorato de Sión se creó en el año 1099 d.C. y no tuvo una existencia demasiado larga ni fructífera.

Según la novela, el priorato conocía la existencia del secreto de la descendencia de Cristo y para protegerlo se creó a los templarios, una especie de monjes guerreros (lo que llamaríamos hoy en día tropas de seguridad antirobo).
Históricamente, los templarios se crearon para proteger a los peregrinos de las cruzadas. Su riqueza no provino del chantaje a la Iglesia como se dice en la novela, sino de las aportaciones populares y del hecho que fueron los primeros en establecer el primer sistema bancario internacional, lo que ayudó a que en poco tiempo sus bienes crecieran considerablemente.

En el bestseller dichos caballeros son enviados por el priorato de Sión a las ruinas del templo de Salomón en busca de los documentos santos que contienen la genealogía de los descendientes de Jesús. Según el libro, los documentos y la verdad explosiva que contienen fueron encontrados y usados por los templarios para chantajear a la iglesia y por ello en poco tiempo se volvieron ricos, poderosos y un importante enemigo.

Lo que sí es un hecho es que hubo un pacto entre el rey Felipe IV de Francia y el Papa Clemente V: ambos se encontraban amenazados por la existencia de un cada vez mayor y más poderoso grupo de templarios. Por ello el viernes 13 de octubre de 1307 el rey Felipe IV organizó un ataque sorpresa contra los templarios: los soldados fueron encarcelados y los altos mandos asesinados, hechos que sembraron el terror por toda Europa. Hoy en día sería como si abriéramos el periódico y viéramos que los ejecutivos de los bancos más importantes han sido detenidos por todo el mundo.




El Santo Grial: ¿qué ... o quién era?
En la novela se narra que algunos templarios escaparon a Europa con los secretos y los documentos de la dinastía real. Los documentos se entregaron al priorato de Sión para garantizar su seguridad y a la Iglesia inició la búsqueda de los documentos con el propósito de destruirlos, la búsqueda del santo Grial. La idea principal que tenemos hoy en día del Grial es la de una copa o un cáliz, pero en el Código Da Vinci es la misma María Magdalena quien contiene la sang raal , la sangre de Cristo: ella es el Grial.

Lo cierto es que sí existen historias sobre el Grial en todas partes, desde Palestina hasta Inglaterra; pero una de las vitales es que José de Arimatea se llevó a María Magdalena de Alejandría (Egipto) en un momento en que existían comunidades judaicas esparcidas por todo el sur de Francia y en las que cualquier refugiado palestino de la época podría haber encontrado asilo.

Hoy en día una iglesia del siglo IX en el sur de Francia conmemora esta creencia: está dedicada a dos personajes que acompañaron a María Magdalena hasta Francia, representándoles en una barca sin remos. Además la iglesia posee una figura de una joven de piel morena que recibe el nombre de Sarah, la egipcia; una leyenda local alimenta la versión que afirma que Sarah es la hija de María Magdalena que nació en Egipto.

Leonardo: ¿intentaba decirnos algo?

Según la novela, los documentos que prueban la línea de sucesión santa se pasaron de un maestro del priorato a su sucesor, y así sucesivamente hasta llegar a manos del maestro Leonardo Da Vinci. El libro sostiene que su trabajo está plagado de referencias al secreto de María Magdalena que él intentaba mantener vivo y que las autoridades eclesiásticas habían mantenido en la oscuridad. Un ejemplo de la codificación del secreto en sus obras la encontraríamos en La última cena:

La novela asegura que la figura de aspecto femenino que se sienta a la derecha de Jesús no es Juan, como siempre se había dicho, sino que es María Magdalena.

Por otra parte, en el cuadro aparece una mano con un puñal que reflejaría la hostilidad que algunos sentían contra María Magdalena, quien estaría representada en igual plano que Jesús.

Según el libro, la forma de la V que constituye el espacio entre Jesús y la figura de María Magdalena sería el recipiente, el cáliz, el símbolo antiguo de la deidad femenina.

Pero aunque todas estas afirmaciones tengan el atractivo de lo oculto, la verdad es que estos símbolos eran introducidos por todos los artistas renacentistas para que fueran comprensibles para el espectador de entonces:

El puñal es el de San Bartolomé, uno de los 12 discípulos que tiempo después fue martirizado siendo degollado.
San Juan siempre es representado con el pelo largo, a la derecha de Jesús y con cara afeminada.
La V no es símbolo de la femenidad sagrada sino que forma parte de la estructura de la pintura para que resulte una composición dinámica.
El Santo Grial no aparece en la pintura, no porque esté en la supuesta María Magdalena de la derecha de Cristo, sino porque el Grial tiene más relación con la leyenda artúrica y el siglo XIX que con el Renacimiento.


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PUBLICADO POR : LUCY MIRACLE LOVE.